En las actividades donde el trabajo ordenado tiene implicaciones importantes se utilizan siempre check-list básicos que ningún profesional, por muy creativo, brillante y genial que sea, se salta, dada la implicación potencialmente desastrosa de hacerlo. Los pilotos de líneas aéreas que tienen en sus manos cientos de vidas, los cirujanos en el quirófano, ingenieros cuyos proyectos fracasarían sin un orden obligatorio establecido; siguen siempre rigurosos check-lists.